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el antiguo juego de pelota, deporte muy practicado en la región, la casa consistorial y el Hogar del Frente de juventudes.
En la ladera que mira al valle y en las faldas de la colina en que se levanta el templo paroquial se alinean las bodegas y lagares, donde se elabora y guarda la cosecha de vino.
A los lados N. y S. de la población hay dos extensas praderas en las que se trilla la mies en el verano. Forman llanadas de unas 8 Ha., cubiertas en la época estival de hierba seca y uniforme. No hay eras particulares: es terreno comunal -una de tantas pervivencias de colectivismo agrario- y se dividen en lotes iguales que se sortean todos los años entre los vecinos.
Las únicas construcciones fuera del pueblo son los palomares, que se hallan diseminados por los alrededores. Más lejos, en corto número y muy espaciados a lo largo de la cañada, se divisan los corrales de tapial en los que se recogen las ovejas por las noches.
Orígenes de la población
Se ignora la existencia de una población romana o visigoda, aunque hay indicios de un asentamiento anterior a la Reconquista en varios lugares de la comarca 3.
Desde luego, tras la invasión musulmana, quedó deshabitada y desierta como toda la zona comprendida entre el Duero y los montes de León.
Alfonso I aprovechó el abandono de la región por los berberiscos -los cuales se habían sublevado contra los árabes y se dirigían a combatirles a Andalucía- para aumentar la desolación de la extensa comarca en sucesivas campañas de castigo. En el 753, después de tres años de sequía y de hambre, quedó limpia de musulmanes toda la cuenca N. del Duero y, desolado el país, se hizo igualmente imposible la vida para los cristianos, a quienes el rey Alfonso llevó al otro lado de las montañas leonesas. Se formó un vasto desierto
3 CORTÉS Y LÓPEZ, en su Diccionario geográfico-histórico de la España antigua , Madrid, 1836, sitúa en Bercianos o en Grajal la antigua población vaccea de Bargiariz.
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