BERCIANOS DEL REAL CAMINO. UN MUNICIPIO DEL PARAMO LEONES

tierras en esta condición y tenían obligación de pagar dos tributos fundamentales: el de los diezmos y otro que se entregaba al abad como a señor temporal, en metálico o también en especie, y que fue vaviando según las circunstancias.

La gran prosperidad de la abadía comenzó con el fuero de Alfonso VI , en el año 1085, y continuó, salvo cortas épocas de crisis, has ta tiempos de Alfonso X, que le dio el último fuero (año 1255). Estas épocas de crisis tuvieron lugar principalmente durante las d os sublevaciones de los burgueses de la villa contra los monjes. La más importante fue la ocurrida en tiempos de Doña Urraca y Alfonso I de Aragón, iniciada el año 1110, de la que se ha hecho mención al tratar de la evolución histórica del pueblo. Fue una rebelión de carácter social, y de lo más radical por su intensidad y por los extremos de violencia a que llegó, aunque lograra muy menguados objetivos.

Los burgueses querían acabar con los monjes y usurpar los bie nes del Monasterio. Tenían como enemigo principal para el logro de sus ambiciones a los colonos, los cuales se hallaban en tenencia de las heredades. No pudiendo echar a los monjes se ensañaron en esos pacíficos vasallos y procuraron convertir en yermo las tierras que cultivaban, como medio más expeditivo para hacer que las abandonaran. Hemos descrito ya lo que hicieron con los habitantes de Bercianos en esta ocasión, aunque parece fue un suceso excepcional y no se repitieron extremos de violencia semejantes.

En el fuero de Alfonso VIII (año 1152) se mejoraron algo las condiciones de los habitantes de la villa, aunque habían tenido que devolver las posesiones usurpadas. El abadengo de Sahagún conservó la exención civil y eclesiástica, pero el concejo poseía ya propiedad comunal y estaba bien organizado.

Después del año 1255 se inicia la decadencia y sigue la suerte de los demás señoríos hasta su incorporación definitiva a la corona en tiempo de los Reyes Católicos. Privado de su personalidad política, sólo diez años más tarde perdió la independencia eclesiástica al quedar vinculado al de San Benito de Valladolid.

A finales del siglo XIII no aparece ya la iglesia de Bercianos del

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