E U F R A S I O R O D R I G U E Z M E N C I A

extensa zona hacia el NE., en la que abundan los matorrales de roble, formando asociación, con encinas de pequeño desarrollo. Tiene una extensión de 274 Ha., pero ha quedado notablemente reducido por la última roturación efectuada en el año actual, que comprende en total unas 150 Ha.

El resto del campo está dedicado al cultivo, salvo los cordales de los valles que ciñen el municipio de N. a S. y rompen la monotonía del paisaje. Los nuevos fertilizantes y el trabajo más racionalizado de los suelos permiten cultivar actualmente todos los terrenos, incluídos los baldíos que antes se dejaban por su tradicional esterilidad o por falta de medios para trabajarlos en condiciones rentatables. En el año 1958 se trabajaban 2.584 Ha., dedicadas a cereales y viñedo; se han roturado, por consiguiente, desde principios del siglo XIX, 1.013 Ha. en las varias etapas señaladas. A ellas han que añadir las 150 Ha. deslindadas últimamente en el monte.

3. El ciclo agrícola

En un suelo generalmente pobre, donde la economía es débil y son muy contados los capitales de cierta significación, penetran con lentitud las modernas técnicas de cultivo y se conservan con tenacidad, por imperativo de las circunstancias, las formas tradicionales, a veces arcaicas, de explotación de las tierras.

El campo se cultiva a dos hojas, quedando la mitad de barbecho, en obligado descanso, el año en que no se siembra. Pero algunas tierras más fértiles, que se siembran de cereal, suelen dedicarse a la producción de leguminosas en años en que les corresponde el barbecho.

Las faenas del campo comienzan con el transporte de los abo nos a las tierras de cultivo, tras el breve descanso que sigue a las duras jornadas de la recolección; suele hacerse en los últimos días de septiembre. El estiércol se tenía almacenado durante el año en un lugar de fácil acceso, generalmente a la vera de los caminos que salen del pueblo, dispuesto para su fermentación en grandes mon

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